Muchas veces un pueblo se une a otro, para beneficio de ambos. Asumen, entonces, un compromiso de fidelidad mutua. Es así como los israelitas veían su unión con Dios. Sólo que Dios no necesita de Alianza; es el pueblo el que la necesita. A causa de la infidelidad de muchos, Jesucristo inaugura la NUEVA Alianza. Debido a traducciones poco exactas, en vez de Alianza comenzó a usarse también la palabra Testamento. Es en este sentido que se habla de Antiguo y Nuevo Testamento: son libros que hablan, respectivamente, de la Antigua y de la Nueva Alianza; o sea, de dos sistemas de vid.
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