lunes, 17 de diciembre de 2012

CAÍN



Hijo de Adán y Eva. Mientras su hermano Abel era pastor nómada, Caín era labrador. 

Abel y Caín ofrecieron oblaciones a Dios del fruto de sus trabajos (Cf. Gen 4). La primera fue grata a Dios mientras la segunda no. La preferencia de Dios la oblación de Abel no es arbitraria, se puede comprender por la diferencia en la actitud del corazón de los dos hermanos. La oración no es grata a Dio
s cuando el corazón alberga odios contra el prójimo. 

Aun así, Dios no abandona a Caín a su suerte. Ya antes de que cometiera el homicidio, Dios, Padre bueno, le advierte de la tentación que ofusca su corazón:

Yahveh dijo a Caín: «¿Por qué andas irritado, y por qué se ha abatido tu rostro? ¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo? Mas, si no obras bien, a la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia, y a quien tienes que dominar.» Gen 4, 6-7

Pero Caín no quiso escuchar y va tras su hermano para matarlo (Cf. Gen 4, 8). 

Como sus padres, Caín quiso evadir responsabilidad por su pecado: 

Yahveh dijo a Caín: «¿Dónde está tu hermano Abel? Contestó: «No sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?» Génesis 4:9

Dios hace a Caín responsable de la sangre de su hermano y cae sobre el la maldición. (Cf. Gen 4, 11). Pero Dios lo protege con una señal sobre el para prevenir la venganza de otros. (Cf. Gen 4, 15)

En la encíclica Evangelium Vitae (Evangelio de la Vida), Juan Pablo II hizo una reflexión sobre la vida y el pecado basado en el homicidio de Abel por Caín.



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